
El 10 de mayo es una de las fechas más entrañables para las familias mexicanas. Es el día en que reconocemos con cariño y gratitud a las madres, celebrando su amor incondicional, su entrega cotidiana y su papel insustituible en la formación de nuestra sociedad.
En México, esta conmemoración fue establecida oficialmente en 1922 gracias a la iniciativa del periodista Rafael Alducín. Su propuesta fue respaldada por instituciones como la Secretaría de Educación Pública, la Cruz Roja y la Iglesia. Desde entonces, cada 10 de mayo se ha convertido en un símbolo nacional de afecto, gratitud y unidad familiar, marcado por flores, canciones, palabras de reconocimiento y reuniones llenas de emoción.
Sin embargo, más allá del festejo, el Día de la Madre también nos invita a reflexionar sobre el papel social y cultural que las mujeres y madres han desempeñado a lo largo de la historia. Algunos estudios señalan que esta celebración surgió también como respuesta a los debates feministas del siglo XX en Yucatán, donde se discutían temas como la planificación familiar y el reconocimiento de los derechos de las mujeres en la vida pública.
Hoy, el papel de la madre va más allá del entorno familiar. Las madres mexicanas son pilares de formación de valores como el respeto, la empatía, la solidaridad y el amor. Muchas de ellas equilibran con fortaleza su vida profesional, social y comunitaria, siendo agentes clave en el desarrollo económico y humano del país.
Desde CIRT Jalisco, celebramos a todas las madres con profunda admiración y respeto. Como medio de comunicación, tenemos la responsabilidad de visibilizar sus historias, enaltecer su liderazgo y honrar su influencia en la construcción de una sociedad más justa, equitativa y llena de humanidad.