
Hoy conmemoramos uno de los momentos más emblemáticos de nuestra historia: la Batalla de Puebla de 1862, un símbolo de valentía, unidad y defensa de la soberanía mexicana.
En un contexto complicado, tras la suspensión del pago de la deuda externa por parte del presidente Benito Juárez, México enfrentó la intervención de potencias europeas. Mientras Inglaterra y España negociaron su retirada, Francia, bajo el mando de Napoleón III, decidió invadir con intenciones expansionistas, buscando imponer una monarquía aliada en América Latina.
El 5 de mayo de 1862, el ejército mexicano, liderado por el General Ignacio Zaragoza, logró una histórica victoria en los fuertes de Loreto y Guadalupe, venciendo a un ejército francés más numeroso, mejor armado y considerado en ese momento como uno de los más poderosos del mundo.
Este triunfo no puso fin a la intervención francesa, pero representó un punto de inflexión. Se convirtió en un símbolo de resistencia, identidad nacional y defensa de la soberanía. La frase de Zaragoza tras la victoria —“Las armas nacionales se han cubierto de gloria”— quedó grabada en la memoria colectiva del país.
Desde CIRT Jalisco, recordamos esta fecha como una oportunidad para reflexionar sobre el valor de la unidad nacional y el poder de la comunicación para transmitir nuestra historia, fortalecer nuestra identidad y seguir inspirando a las nuevas generaciones.